Nuestro himno nacional es un testimonio de la lucha, el sacrificio y el orgullo de nuestra patria. Sin embargo, hay una parte de esta grandiosa composición que ha sido relegada al olvido, una estrofa que nos hicieron dejar de cantar. En este ensayo, exploraremos con fervor filosófico lo que nuestros patriotas nos quisieron transmitir con estas poderosas palabras:
"Que si dolo y ardid la expusieron
De un intruso señor al desdén,
Las Carreras! Beler!… Campos fueron
Que cubiertos de gloria se ven.
Que en la cima del heroico baluarte,
De los libres el verbo encarnó,
De la guerra se vio en Capotillo
La bandera de fuego ondear.
Y el incendio que atónito deja
De castilla al soberbio león
De las playas gloriosas se aleja
Donde flota el cruzado pendón.
Compatriotas, mostremos erguida
Nuestra frente, orgullosos de hoy más;
Que Quisqueya será destruida
Pero sierva de nuevo, jamás!
Que es santuario de amor cada pecho
De la patria se siente vivir;
Y es su escudo invencible, el derecho;
Y es su lema: ser libre o morir.
Libertad! Que aún se yergue serena
La victoria en su carro triunfal
Y el clarín de la guerra aún resuena
Pregonando su gloria inmortal.
Libertad! Que los ecos se agiten
Mientras llenos de noble ansiedad
Nuestros campos de gloria repiten:
Libertad! Libertad! Libertad!"
En estas líneas se entrelazan conceptos de honor, valentía y libertad, principios que fueron la piedra angular de nuestra lucha por la independencia. Los nombres de los lugares y héroes mencionados no son meras referencias históricas, sino símbolos de la resistencia y el triunfo contra la opresión.
Dolo y ardid de un intruso señor: Aquí, se destaca la manipulación y el engaño utilizados por los colonizadores para someter nuestra tierra. Nuestros antepasados enfrentaron esta situación con determinación y estrategia.
Las Carreras, Beler y Capotillo: Estos son escenarios de batallas cruciales donde nuestros héroes demostraron un coraje inconmensurable. Estas victorias no solo fueron militares, sino también espirituales, fortaleciendo nuestra identidad y determinación como pueblo libre.
El incendio que atónito deja de castilla al soberbio león: Este verso evoca la derrota del imperio español, representado por el león de Castilla, y su retirada frente a la inquebrantable voluntad de nuestros patriotas.
Quisqueya será destruida pero sierva de nuevo, jamás: Una declaración de que preferimos la aniquilación antes que volver a la esclavitud. Es un grito de independencia que resuena aún en nuestros corazones.
Santuario de amor cada pecho, escudo invencible el derecho: Estos versos nos recuerdan que cada ciudadano es un guardián de la libertad y que el derecho es nuestra mayor defensa contra la tiranía.
Libertad como lema y eco inmortal: La libertad es el núcleo de nuestra existencia nacional, un ideal que se perpetúa en nuestras tradiciones, historia y aspiraciones futuras.
Esta estrofa olvidada del himno no solo nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado, sino que también nos impulsa a valorar y defender los principios por los cuales lucharon nuestros antepasados. Hoy, más que nunca, debemos recordar y honrar su legado, manteniendo viva la llama de la libertad y la justicia.
Al cantar estas palabras, revivimos el espíritu de aquellos que sacrificaron todo por nuestra patria. Es nuestro deber asegurar que sus enseñanzas y su fervor no se pierdan en las páginas de la historia, sino que sigan inspirándonos a construir un futuro digno de su memoria.
Autor: Job Vasquez
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