Introducción:
En el vasto campo de la filosofía ontológica, la cuestión de la existencia de Dios ha sido tema de profundos debates y reflexiones a lo largo de la historia de la humanidad. En este ensayo, nos aventuramos a explorar una hipótesis intrigante que plantea la posibilidad de que, al admitir la existencia de Dios como una realidad innegable, nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos pueda transformarse de manera significativa. Nos adentramos en una teoría que sugiere que la certeza absoluta derivada de la aceptación de la existencia divina podría alterar fundamentalmente nuestra comprensión de lo posible y lo imposible, basándonos en evidencia empírica.
Desarrollo:
En primer lugar, consideremos la premisa fundamental de esta teoría: la existencia de Dios como una realidad ontológica. Si aceptamos esta premisa, nos encontramos ante la posibilidad de una certeza absoluta, una certeza que surge de la aceptación de un ser supremo y omnisciente que trasciende toda comprensión humana. Esta certeza no se basa en pruebas empíricas o razonamientos lógicos, sino en una profunda convicción interior de la existencia de lo divino.
La eliminación de la interrogante sobre la existencia de Dios nos lleva a considerar las implicaciones de esta certeza absoluta en nuestra percepción del mundo. Si ya no dudamos de la existencia de Dios, ¿qué efecto tendría esto en nuestra comprensión de la realidad? Una posible consecuencia es la apertura a la conjetura de que, si Dios existe, entonces nada es imposible. Esta conjetura se deriva de la idea de que un ser omnipotente y omnisciente tiene el poder y el conocimiento para trascender cualquier límite percibido por la mente humana.
En consecuencia, la certeza absoluta derivada de la existencia divina podría llevarnos a una mentalidad en la que todo es posible. La eliminación de la duda y la aceptación de la certeza podrían abrirnos a nuevas formas de pensar y percibir el mundo que nos rodea. En lugar de cuestionar la realidad o dudar de nuestras capacidades, podríamos abrazar una visión más amplia y expansiva de lo que es posible lograr, respaldada por la evidencia empírica de las experiencias individuales y colectivas.
Conclusiones:
La certeza absoluta derivada de la existencia de Dios nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad y nuestra posición dentro de ella. Al aceptar la existencia de lo divino como una realidad innegable, nos encontramos ante la posibilidad de una certeza que trasciende cualquier duda o incertidumbre, respaldada por la evidencia empírica de las experiencias humanas. Esta certeza nos lleva a contemplar un universo en el que todo es posible, donde los límites de lo imaginable se desdibujan frente al poder y la omnipresencia de lo divino.
Esta teoría nos desafía a considerar cómo nuestra percepción del mundo y de nosotros mismos puede ser moldeada por la aceptación de una verdad fundamental: la existencia de Dios como una realidad innegable. En un mundo donde la incertidumbre y el escepticismo a menudo dominan nuestras mentes, la idea de una certeza absoluta derivada de la existencia divina ofrece una perspectiva única y provocativa sobre la naturaleza de la realidad y nuestro lugar en ella.
Referencias:
"Summa Theologica" de Santo Tomás de Aquino
"Ser y Tiempo" de Martin Heidegger
"Dios y la Filosofía" de Étienne Gilson
"El Universo en una Cáscara de Nuez" de Stephen Hawking
"La Teología del Cuerpo" de San Juan Pablo II
Autor: Job Vasquez
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