La reciente victoria arrolladora del presidente Luis Abinader, obteniendo un 59% del voto popular, no solo marca un hito en la política dominicana, sino que también representa un fenómeno digno de análisis desde diversas perspectivas filosóficas, humanistas y ontológicas. Este triunfo no solo se mide en términos numéricos, sino que refleja una transformación profunda en la conciencia colectiva de los dominicanos, quienes han decidido reevaluar su historia reciente y el legado de sus líderes.
Filosofía del Cambio: La Emancipación del Electorado
Desde una perspectiva filosófica, la victoria de Abinader puede interpretarse como un acto de emancipación del electorado. Los dominicanos han ejercido su libertad de elección de manera consciente, rechazando el determinismo político que parecía haber dominado el panorama durante décadas. Este acto de autodeterminación se alinea con el pensamiento de filósofos como Jean-Paul Sartre, quien defendía la idea de que los seres humanos son condenados a ser libres y responsables de sus elecciones. El rechazo a las falsas promesas y a la corrupción que caracterizaron los gobiernos de Leonel Fernández es, en esencia, un rechazo a la mala fe y una afirmación de la autenticidad y la búsqueda de la verdad.
Humanismo y Ética: Un Clamor por la Integridad
Desde el punto de vista humanista, el triunfo de Abinader simboliza un clamor por la integridad y la ética en la administración pública. La filosofía humanista coloca al ser humano y sus necesidades en el centro del debate, promoviendo valores como la honestidad, la justicia y la dignidad. Los dominicanos, al elegir a Abinader, están manifestando un deseo profundo de ser gobernados por líderes que encarnen estos valores. Este movimiento puede ser visto como un reflejo de las enseñanzas de grandes humanistas como Erasmo de Róterdam y Petrarca, quienes abogaban por una vida pública guiada por la virtud y el bien común.
Ontología del Poder: La Realidad Redefinida
Desde una perspectiva ontológica, la elección de Abinader puede interpretarse como una redefinición de la realidad política dominicana. La ontología se ocupa del estudio del ser y de la realidad. En este caso, la realidad política del país ha sido transformada por la voluntad del pueblo. Leonel Fernández, quien había sido una figura dominante, se ve ahora obligado a reconocer la nueva configuración de poder y a confrontar la realidad de sus propios errores y excesos. Este despertar ontológico no solo afecta a los líderes, sino también al propio pueblo, que toma conciencia de su poder para moldear su destino y exigir un gobierno que verdaderamente los represente.
La Toma de Conciencia: Un Pueblo Despierto
El pueblo dominicano ha despertado a una nueva conciencia, reconociendo que su bienestar depende de su capacidad para elegir líderes comprometidos con la transparencia y la justicia. Este despertar no es solo político, sino también moral y existencial. Los dominicanos están redefiniendo su identidad colectiva y su visión de futuro, demostrando que son capaces de aprender de su pasado y de actuar con sabiduría en el presente.
Conclusión
La victoria de Luis Abinader con un 59% del voto no es simplemente un evento electoral, sino un fenómeno complejo que puede ser analizado desde múltiples dimensiones filosóficas, humanistas y ontológicas. Este resultado refleja un profundo cambio en la conciencia del electorado dominicano, que ha optado por rechazar las promesas vacías y la corrupción del pasado, y ha elegido un camino de integridad y autenticidad. Leonel Fernández, como símbolo de un pasado marcado por fallos y excesos, se ve ahora en la obligación de poner los pies en la tierra y reconocer la nueva realidad política del país. En este sentido, el triunfo de Abinader no solo marca el inicio de un nuevo gobierno, sino también el nacimiento de una nueva era de conciencia y responsabilidad colectiva en la República Dominicana.
Autor: Job Vasquez
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