Único medio de resistencia dominicana en peligro!
"Si este artículo ve la luz, probablemente será mi última publicación. Pero la verdad merece ser contada, aunque cueste mi vida. La República Dominicana está al borde de un abismo, y el pueblo debe saberlo antes de que sea demasiado tarde." - Job Vasquez
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre la República Dominicana, como un presagio ominoso de lo que puede ser un destino irreversible. En las últimas dos décadas, la invasiva presencia de actores extranjeros ha ido colonizando silenciosamente las esferas más esenciales de nuestra vida nacional. Hoy, la agricultura, la construcción, el comercio informal y las calles mismas se encuentran dominadas por manos foráneas. Los dominicanos, desplazados por una competencia desleal y sostenida por estructuras corruptas, se ven relegados a una esquina de su propia tierra.
El país no solo enfrenta el despojo económico, sino también una amenaza mucho más letal: el terrorismo silencioso que mina nuestra seguridad y confianza. Recordemos los titulares recientes que sacudieron nuestra nación: el envenenamiento masivo de botellones de agua, dulces contaminados distribuidos en escuelas, y las cajas de alimentos del gobierno adulteradas en diciembre pasado. Estos no son actos aislados, sino piezas de un rompecabezas que revela una agenda de desestabilización nacional.
"Dominicana al Límite: Una República Sin Dominicanos"
En un rincón de nuestra amada isla, mientras los titulares internacionales nos llaman "xenófobos" y "racistas", el pueblo dominicano agoniza. Los hospitales, otrora refugio para los más vulnerables, ahora son campos de batalla donde nuestras madres quedan en los pasillos mientras las parturientas extranjeras reciben atención gratuita y preferencial. ¿Cómo llegamos a esto?
La respuesta es un mosaico de negligencia, corrupción y presiones internacionales. Mientras las ONG financiadas por organismos globalistas aseguran "derechos humanos" para los inmigrantes ilegales, los dominicanos pierden los suyos.
Titular de 2025: Más del 60% de los nacimientos en hospitales dominicanos son de madres haitianas.
En las redes sociales, los activistas vociferan: "¡La inclusión es progreso!" Pero en las calles, la realidad es otra. Las emergencias hospitalarias están colapsadas, los familiares dominicanos se ven obligados a pagar sobreprecios por sangre y medicamentos reservados para extranjeras ilegales. "Progreso" significa ver a nuestros niños sin camas mientras otros, amparados por organismos internacionales, ocupan lo que queda.
"Invasores Silenciosos: El Desplazamiento Laboral"
La economía informal, pilar de subsistencia para miles de familias dominicanas, ha sido invadida lentamente. Las calles, antes llenas de comerciantes dominicanos, ahora están dominadas por inmigrantes extranjeros que operan sin regulación ni controles fiscales. En el campo, los agricultores dominicanos han sido desplazados por mano de obra extranjera barata y no sindicalizada, promovida por empleadores que buscan evadir leyes laborales.
En la construcción, la situación es igual de alarmante. ¿Cuántos dominicanos han quedado fuera de obras que ahora emplean exclusivamente a extranjeros sin contratos formales? Los titulares recientes hablan por sí mismos:
Aumenta la contratación ilegal en construcción: más del 70% de los trabajadores no están asegurados.
Las calles también han sido tomadas. Mientras los extranjeros dominan la venta ambulante, los dominicanos se ven relegados a la marginalidad. La desesperación crece, y con ella, los enfrentamientos entre compatriotas y foráneos, que a menudo terminan en tragedias.
"Protestas Calladas, Protestas Ahogadas"
En 2028, una manifestación pacífica de campesinos dominicanos fue dispersada violentamente. Los titulares internacionales proclamaban:
Dominicanos radicales buscan expulsar a haitianos con discursos de odio.
La realidad era muy distinta. Eran agricultores que exigían subsidios que el gobierno había redirigido a programas de "asistencia humanitaria" para inmigrantes. Durante el enfrentamiento, decenas de dominicanos fueron encarcelados, mientras los verdaderos responsables de las injusticias siguen viviendo en lujosos apartamentos en Punta Cana y Miami.
"Corrupción e Intereses Extranjeros"
En los pasillos del poder, los acuerdos con las elites globalistas se firmaban a puerta cerrada. Se vendían tierras, recursos naturales y hasta la dignidad del pueblo. En 2032, un escándalo reveló que el 80% de los contratos estatales beneficiaban a corporaciones extranjeras. ¿Las consecuencias? Un endeudamiento impagable y la total dependencia económica de instituciones internacionales.
"El Terrorismo Silencioso: La Muerte en lo Cotidiano"
En diciembre de 2024, el país fue testigo de un horror sin precedentes. Los titulares decían:
Confirmado: Envenenamiento masivo en botellones de agua y cajas del gobierno.
Familias enteras cayeron víctimas de un acto de terrorismo que las autoridades intentaron minimizar. Las investigaciones posteriores revelaron una red organizada que buscaba desestabilizar al país desde dentro, utilizando alimentos y recursos distribuidos por el propio gobierno como armas.
Decenas de niños intoxicados en hospitales de salud pública, víctimas del envenenamiento.
El Desafío del Futuro: ¿Podremos Salvar lo Nuestro?
El pueblo dominicano se enfrenta a un futuro incierto. Las piezas del rompecabezas de nuestra soberanía están siendo desarmadas, pero aún podemos luchar por un cambio. En este momento, más que nunca, la unidad nacional es vital.
Es imperativo tomar una decisión firme, unirse a la causa y resistir la presión internacional que busca doblegar nuestra identidad. No es un juego, ni una lucha solo por un territorio, es nuestra historia, nuestra cultura, y, sobre todo, nuestra dignidad lo que está en juego. La República Dominicana necesita ser dominicana nuevamente.
Job Vasquez
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