Caitlin Clark: La Niña Prodigio que Despertó al Monstruo del Correcto Discurso Social

Ticker

6/recent/ticker-posts

Header Ads Widget

Caitlin Clark: La Niña Prodigio que Despertó al Monstruo del Correcto Discurso Social



Ah, internet... ese vasto océano de contenido donde uno puede pasar de ver videos de gatos peleando con aspiradoras a encontrar profundas teorías conspirativas sobre extraterrestres manejando taxis en Nueva York. Y, entre todo ese caos, te topas con una joya, un destello de habilidad pura que te hace pensar que no todo está perdido: Caitlin Clark, la número 22 del equipo de Indiana en la WNBA.

De entrada, admito: nunca había visto un juego de la WNBA. ¿Por qué? Bueno, la verdad, me parecía tan lento como un domingo sin cerveza. Pero, he aquí que hoy, el destino –o el bendito algoritmo de YouTube– decidió mostrarme algo que rompió mi escepticismo. Caitlin Clark no solo juega al baloncesto, lo hace con una gracia y habilidad que me recordó a la vieja gloria de los Chicago Bulls, Toni Kukoc. ¡Pero qué jugadora, por el amor de Dios! Esta chica no esta llena tatuajes, es femenina, hermosa, con esa cara de "niña de campo" que seguramente ni siquiera se sonroja cuando la comparan con los dioses del baloncesto como Curry o LeBron. Ah, y lo mejor: es blanca. Sí, vamos al grano desde el principio.

Porque, señores y señoras, ahí está el problema, ¿no? Justo después de haberme quedado boquiabierto viendo a esta chica destrozar la cancha, me pongo a buscarla en YouTube, y ¿qué encuentro? Silencio. Casi ningún video destacando su majestuosidad, ni comparaciones de sus habilidades al nivel que se merece. ¿Por qué? ¿Por qué alguien que claramente tiene el potencial para ser celebrada está casi "escondida" en el algoritmo? Y, de repente, me cae el balde de agua fría: es blanca, es femenina, no tiene ese aura de "lucha social" que parece ser tan crucial hoy en día. En resumen, Caitlin Clark no encaja en la narrativa.

Aquí entra el sarcasmo, porque, francamente, esto es una maldita locura. ¿Cuándo fue que celebramos tanto el talento deportivo en función del color de piel o las preferencias sexuales? Oh, espera, siempre lo hemos hecho, pero ahora lo disfrazamos bajo el discurso de la diversidad y la inclusión. Y Caitlin... pues, ella no encaja en ese molde. Es buena, pero no tiene la historia trágica ni la "batalla social" que tanto necesitamos para justificar por qué deberíamos aplaudirla.

Aquí es donde entra el humor negro: ¿No es una ironía exquisita que una chica blanca, con todo ese potencial, en una liga cuya mayoría de aficionados no son blancos, esté siendo ignorada? Porque claro, no vamos a ser hipócritas. Menos de un 60% (Que es mas de un 50 y un poco menos de un 60 desde mi punto de vista) de los seguidores de la WNBA son caucásicos (Blancos), pero, ¿no es curioso cómo, incluso en un deporte que se supone es para todos, el color de piel sigue siendo un factor para decidir a quién aplaudimos?

Vamos a desenmascarar esto: Caitlin Clark es increíble en la cancha. Pero, claro, no cumple con los requisitos de la narrativa contemporánea. ¿Dónde está su lucha? ¿Dónde está su conflicto identitario? ¡Maldita sea! ¡Es simplemente una chica blanca, talentosa, que juega mejor que muchas de sus colegas! Y eso, al parecer, no es suficiente. Necesitamos más drama, más sufrimiento, más... ALGO.!!!

Indignación Mode On: ¿En qué mundo retorcido hemos caído donde la meritocracia ya no cuenta a menos que venga con una etiqueta de "opresión" adjunta? Caitlin Clark debería ser celebrada, debería estar en las portadas, debería ser la cara de la liga, pero no. No encaja en el relato progresista, y por tanto, será ninguneada. No importa que sea modesta, hermosa, femenina y talentosa. Es más, eso parece ser su condena. Porque en un mundo que se empeña en destruir todo lo que no se ajuste a su narrativa de sufrimiento y lucha, Caitlin Clark es un maldito unicornio: sobresaliente pero demasiado "normal" para ser elogiada.

Aquí viene el giro final: ¿Qué maldita locura es esta? Hemos llegado a un punto donde ser blanca, femenina y buena en algo te coloca automáticamente en la categoría de "privilegiada", como si eso, de alguna manera, invalidara todo el esfuerzo y el talento que tiene esta chica. Porque, claro, ahora resulta que el éxito debe venir con una cuota de sufrimiento aprobada por el comité woke. Si no, simplemente, no cuenta.

Así que aquí estoy, sorprendido, molesto, indignado. Caitlin Clark, eres un fenómeno en la cancha, pero desgraciadamente, en el mundo de hoy, parece que eso no es suficiente si no tienes la narrativa adecuada detrás de ti. Y mientras tanto, los videos basura de YouTube seguirán vendiéndome teorías de fantasmas y crypipastas, porque al parecer, hasta esos monstruos imaginarios tienen más cabida en la narrativa actual que alguien como tan tú.

Bienvenidos a la era de la meritocracia del sufrimiento. ¿Alguien más quiere vomitar o soy solo yo?

Autor: Job Vasquez.


Publicar un comentario

0 Comentarios