Un amigo cristiano me planteó una serie de preguntas intrigantes: "¿Cómo puedes decir que crees en Dios y, sin embargo, lees cosas que contradicen su palabra? ¿Cómo puedes no ser capitalista y afirmar que una sociedad que elimina la clase alta y da todo el control al estado está destinada a colapsar? ¿Cómo puedes no ser comunista y citar a Nietzsche, Marx y Kant? ¿Cómo puedes ser demócrata y defender las acciones de Xi Jinping y Putin? ¿Cómo puedes considerar el comunismo un cáncer histórico y, al mismo tiempo, afirmar que el desplome de Estados Unidos sería desastroso para el mundo, mientras criticas su decadencia y su bloqueo al desarrollo de América Latina?"
Estas preguntas, cargadas de aparente contradicción, me llevaron a una profunda reflexión filosófica, basada en principios aristotélicos de lógica y virtud.
1. La Fe y el Conocimiento.
Aristóteles sostenía que la virtud está en el equilibrio y que la verdadera sabiduría proviene del conocimiento y la razón. Si estoy plenamente seguro de mi fe, también debo tener conciencia de por qué algo es malo. Para tener una conciencia empírica de cómo evitarlo eficientemente, es necesario conocer las diversas perspectivas, incluso aquellas que parecen contradecir nuestras creencias más arraigadas. Leer y comprender ideas divergentes no debilita mi fe; al contrario, la fortalece, ya que me permite evaluarla con un criterio más amplio y profundo.
Como decía Nietzsche, “No me molesta que me hayas mentido, me molesta que a partir de ahora no pueda creerte” (Así habló Zaratustra). Este pensamiento refuerza la necesidad de buscar la verdad y la autenticidad en todas las fuentes de conocimiento.
2. La Clase Alta y el Poder.
La existencia de una clase alta es necesaria para cualquier país porque necesitamos un poder que se oponga al poder, independientemente de la razón. La política, según Aristóteles, es el arte de lo posible y se debe buscar un equilibrio entre las distintas fuerzas sociales. La clase alta, con sus recursos y su influencia, actúa como un contrapeso necesario en la balanza del poder, evitando que una única entidad concentre todo el control, lo que podría llevar a un estado totalitario y, eventualmente, al colapso.
Como decía Karl Marx, “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases” (El Manifiesto Comunista). Esta lucha de poder entre las clases es esencial para el equilibrio y el progreso.
3. Democracia Dictatorial y Bienestar Social
Apoyo algunas políticas de Xi Jinping y Putin porque, más allá de las críticas y las diferencias, observo el progreso en el bienestar de sus pueblos y en la educación. Aristóteles argumentaba que el bien común es el fin último de la política. Aunque sus métodos sean discutibles, los resultados en términos de desarrollo y estabilidad social son innegables.
Xi Jinping ha impulsado políticas de reducción de la pobreza que han sacado a millones de chinos de la pobreza extrema. “El sueño chino es el sueño de una nación fuerte” (Xi Jinping). Bajo su liderazgo, China ha visto una transformación económica y social significativa.
Por otro lado, Vladimir Putin ha enfocado su gobierno en estabilizar y fortalecer a Rusia, priorizando la educación y la tecnología. “No hay futuro para nuestro país si no invertimos en ciencia y educación” (Vladimir Putin). Estas acciones han resultado en una mejora considerable en la calidad de vida de muchos rusos.
4. La Lectura de Escritores Disidentes y Comunistas.
Leo a escritores disidentes y comunistas porque creo que tengo la capacidad intelectual para extraer de sus escritos grandes ideas y decidir por mí mismo si lo que me dicen es verdad o una mentira manipulada. Aristóteles defendía la idea de que la sabiduría se encuentra en la diversidad de perspectivas. Solo mediante la exposición a diferentes pensamientos podemos desarrollar un juicio crítico sólido y evitar caer en el dogmatismo.
Immanuel Kant decía: “La ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad” (¿Qué es la Ilustración?). Esto subraya la importancia de buscar conocimiento y entender diversas perspectivas para alcanzar la verdadera sabiduría.
5. La Dualidad de Estados Unidos.
Creo que el desplome de Estados Unidos sería desastroso para el mundo, ya que su caída crearía un vacío de poder que podría desestabilizar el orden global. Al mismo tiempo, reconozco que su sociedad está en decadencia y que su política exterior ha bloqueado el desarrollo de América Latina para enriquecerse y acumular poder. Esta dualidad refleja la complejidad de la realidad política y social. Aristóteles nos enseñó que la verdad rara vez es absoluta y que debemos estar preparados para manejar las contradicciones inherentes a la naturaleza humana y a la vida en sociedad.
Conclusión.
El conocimiento nos hace independientes. La imparcialidad y la objetividad nos permiten no aferrarnos ciegamente a una mentira o a una creencia manipulada. En el buen Dominicano, SABER NO PESA, pero la ignorancia es letal. Como decía Aristóteles, "El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona". En mi búsqueda de la verdad y la justicia, prefiero navegar las aguas turbias del conocimiento y la crítica, en lugar de permanecer en la segura pero limitada costa de la ignorancia.
Una frase de Lillian Smith, una escritora y activista poco conocida, dice: "Nadie debe decirte qué pensar o cómo pensar; tú debes descubrirlo por ti mismo."
Autor: Job Vasquez
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