Los superhéroes clásicos han reinado en la cultura popular durante décadas, pero si hay algo que siempre me ha resultado insípido es su perfección moral. Como dijo Peacemaker en The Suicide Squad, "Batman es un marica". No podría estar más de acuerdo. Los héroes de capa y sonrisa blanca no reflejan la complejidad humana ni sus dilemas. Por eso, desde mi adolescencia, mis verdaderas obsesiones han sido los anti-héroes, aquellos personajes defectuosos y oscuros que, a pesar de su moralidad cuestionable, se ganan un lugar en nuestro corazón. Y entre ellos, Deadpool y Wolverine encabezan la lista.
Fanático con credenciales:
Antes de que alguien me acuse de ser uno de esos "fans de película", quiero dejar claro que he sido lector de cómics desde mi adolescencia. Esto me convierte en un conocedor legítimo, no en un espectador casual. He visto la evolución de ambos personajes desde sus primeras apariciones hasta sus versiones más recientes, y me sentí escéptico cuando supe que Disney estaba detrás de esta película. Si algo caracteriza a las producciones de Disney en los últimos años, es su enfoque en la cultura "woke" donde lo esencial es cumplir con ciertas cuotas de diversidad a costa de la fidelidad a los personajes y la narrativa.
Una grata sorpresa:
Con ese contexto, fui al cine preparado para despotricar contra otra película más que antepone la agenda política a la calidad. Sin embargo, me encontré gratamente sorprendido. El respeto con el que se abordaron las personalidades de Deadpool y Wolverine es digno de elogio. Por primera vez, Wolverine luce su icónico traje amarillo y azul, completo con la máscara, lo que representa un sueño hecho realidad para los fans de toda la vida. Aún más importante, la película mantuvo la esencia de los personajes: Wolverine nunca rompió la cuarta pared, manteniéndose fiel a la visión original del cómic.
Deadpool: La encarnación perfecta:
Hablar de Deadpool es hablar de Ryan Reynolds. La interpretación de Reynolds es tan impecable que parece que el personaje fue diseñado a su imagen y semejanza. Su sarcasmo, la irreverencia, las referencias meta y esa actitud que saca de quicio a todos a su alrededor son simplemente sublimes. Es como si el Deadpool de las páginas del cómic hubiera saltado a la pantalla sin perder ni un ápice de su esencia. La película no solo preserva la esencia del personaje, sino que amplifica su humor negro y su estilo anárquico que lo han convertido en un favorito.
Nuevas y gratas inclusiones:
Un punto a destacar es la forma en que se manejaron las inclusiones de personajes adicionales. Aunque Peter Wisdom ha sido un añadido interesante en películas anteriores, y su versión no coincide con la del cómic (donde es un agente británico oscuro y cínico), su inclusión ha sido un giro agradable y cómico que no sacrifica la trama. Además, la aparición de Blade y la anticipada entrada de Gambito fueron momentos emocionantes para los verdaderos fans de los cómics, algo que pocas veces se logra con este nivel de fidelidad.
Reflexión final:
En resumen, la combinación de Deadpool y Wolverine bajo el paraguas de Disney parecía una receta para el desastre, pero esta película logró desmentir mis prejuicios. Mantuvieron intactos los aspectos fundamentales de estos personajes, respetando tanto a los fans de toda la vida como a quienes recién se acercan a ellos. Como alguien que valora la integridad en la amistad, la crudeza del humor y la coherencia narrativa, puedo decir que esta es una película que hace justicia a los antihéroes que, con todas sus imperfecciones, reflejan mejor la realidad humana que los inmaculados héroes de siempre. Al final del día, ¿quién necesita a Superman cuando tienes a Deadpool y Wolverine para recordar que la vida no es blanca o negra, sino una deliciosa y caótica escala de grises?
Se las recomiendo...!!!!
Autor: Job Vasquez.
0 Comentarios