La República Dominicana enfrenta desafíos profundos en sus estructuras políticas, económicas, sociales y culturales. La corrupción, la desigualdad y el clientelismo han configurado una realidad que, si bien es reconocida por muchos, parece difícil de transformar. Este artículo propone un enfoque ontológico para entender la realidad dominicana y plantea una serie de transformaciones sociales que podrían llevar a un cambio real. A través del análisis crítico y el aprendizaje de ejemplos de otras naciones, se busca vislumbrar un futuro donde la justicia, la equidad y la participación ciudadana sean la norma.
I. Análisis Ontológico de la Realidad Dominicana
Identidad Nacional.
La identidad dominicana es un constructo complejo que combina influencias africanas, taínas y europeas. Esta diversidad cultural, lejos de ser un símbolo de unidad, ha sido a menudo utilizada para perpetuar divisiones y desigualdades. El sociólogo Juan Bosch subrayó que "un pueblo que no se conoce a sí mismo no puede encontrar el camino hacia su desarrollo". Esta falta de autoconocimiento se traduce en una ciudadanía desinformada y vulnerable a las manipulaciones políticas.
Naturaleza Humana.
La psicología social sugiere que la resistencia al cambio está profundamente arraigada en la naturaleza humana. Kurt Lewin, pionero en la teoría del cambio, argumenta que "las personas se aferran a lo que conocen, incluso si no es beneficioso". En la República Dominicana, la aversión al cambio se manifiesta en la aceptación de prácticas corruptas y en la resignación ante las injusticias. Este contexto demanda un enfoque educativo que fomente la autocrítica y la capacidad de cuestionar las estructuras existentes.
II. Dimensiones de la Transformación Social
1. Política
Para lograr una transformación real, es esencial un cambio en la estructura de poder. Mariana Mazzucato, economista del desarrollo, sostiene que "los gobiernos deben actuar como innovadores y no como meros administradores". La propuesta aquí es implementar un sistema de transparencia y rendición de cuentas, inspirado en el modelo de Suecia, donde la participación ciudadana en la toma de decisiones es clave para erradicar la corrupción.
Propuesta de Acción:
- Crear plataformas digitales donde los ciudadanos puedan monitorear la gestión pública.
- Fomentar la participación activa a través de asambleas comunitarias.
2. Económica
El sistema económico actual, caracterizado por una creciente desigualdad, requiere un modelo inclusivo. Thomas Piketty, economista francés, destaca en su obra "El Capital en el Siglo XXI" que "la desigualdad no es un destino, sino el resultado de decisiones políticas". Ejemplos de países como Noruega y Finlandia muestran que la inversión en servicios públicos y educación de calidad puede reducir la brecha económica.
Propuesta de Acción:
- Establecer un sistema fiscal progresivo que redistribuya la riqueza.
- Fomentar la inversión en educación técnica y profesional para preparar a la fuerza laboral.
3. Social
La educación es la piedra angular de cualquier transformación social. Paulo Freire, pedagogo brasileño, defiende que "la educación es un acto de amor y de valentía". En la República Dominicana, se necesita un enfoque crítico en la educación que desafíe la cultura de la sumisión y fomente la solidaridad y la responsabilidad social.
Propuesta de Acción:
- Implementar programas de educación cívica que promuevan la participación activa y el pensamiento crítico desde la escuela primaria.
- Crear espacios de diálogo comunitario para discutir temas relevantes y formar líderes locales.
4. Cultural
La cultura puede ser un poderoso motor de cambio. En Sudáfrica, el movimiento cultural liderado por figuras como Nelson Mandela fue crucial para la transformación post-apartheid. La promoción de una cultura de justicia y equidad en la República Dominicana puede ayudar a sanar las heridas del pasado y construir una identidad colectiva más inclusiva.
Propuesta de Acción:
- Fomentar el arte y la cultura como herramientas de reflexión y transformación social.
- Apoyar iniciativas culturales que representen diversas voces y realidades en la sociedad dominicana.
III. Realismo del Cambio
Imposibilidad de un Cambio Abrupto
La historia muestra que los cambios radicales a menudo generan más caos que soluciones. Mahatma Gandhi decía que "el cambio que deseas ver en el mundo comienza contigo". Por lo tanto, es vital adoptar un enfoque gradual y sostenible, que permita a la sociedad adaptarse y participar activamente en el proceso.
Identificación de Baches en el Camino
La resistencia de los poderosos es uno de los mayores obstáculos. En Venezuela, la resistencia al cambio político y económico ha llevado a un colapso social. La cultura de la corrupción está profundamente arraigada en las estructuras dominicanas y debe ser desmantelada con cuidado y estrategia.
IV. Estimación del Tiempo para el Cambio
Un cambio significativo puede requerir décadas. Mirando ejemplos históricos, como la transición de España a la democracia después de la dictadura de Franco, se puede observar que este proceso tomó más de 40 años. Estableciendo metas a corto, medio y largo plazo, se podría estimar un período de al menos 30 a 50 años para ver un cambio real y sostenible en la sociedad dominicana.
V. Conclusiones
La transformación social en la República Dominicana es un objetivo ambicioso pero alcanzable. A través de un enfoque ontológico que entienda las complejidades de la identidad y la naturaleza humana, y la implementación de estrategias claras en las dimensiones política, económica, social y cultural, se puede vislumbrar un futuro más justo y equitativo. Es un llamado a la acción para cada dominicano, invitando a participar en la construcción de un país donde la justicia y la equidad sean la norma.
"Protestar no es imprescindible, pero para que tenga sentido, debe ir acompañada de un propósito claro, responsable y, sobre todo, anclado en la realidad social." - Job Vasquez.
Autor: Job Vasquez
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