📰 Por Job Vásquez
En un momento histórico en el que la República Dominicana se encuentra en el centro de tensiones diplomáticas, sociales y migratorias con Haití, la reciente designación de Harold Zances como figura clave dentro del cuerpo diplomático dominicano —y en algunos espacios internacionales vinculados a organismos como la ONU y la OMS— genera más preguntas que certezas. Y, por ética política, el pueblo dominicano merece respuestas claras.
No se trata de un ataque personal. Se trata de un principio elemental de soberanía: quien represente a la nación debe estar más allá de toda duda razonable sobre su lealtad, su visión geopolítica y su compromiso con los intereses del pueblo dominicano.
¿Quién es Harold Zances y qué representa?
Zances es un abogado formado en la PUCMM, con estudios internacionales en Francia y vínculos con instituciones globalistas como el National Democratic Institute. Ha sido parte activa del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y anteriormente del PRD. Hasta aquí, todo parece parte de una trayectoria profesional válida.
Pero en política, especialmente en tiempos de crisis, los detalles importan. No basta con tener formación académica o conexiones diplomáticas. Importa la dirección ideológica y, aún más, la identidad política y cultural que se representa ante el mundo.
El factor que el gobierno prefiere ignorar: el contexto actual
Designar a un funcionario con ascendencia haitiana (confirmada o percibida) y vínculos con agendas internacionales en momentos en que:
-
Haití está sumido en el caos.
Se presiona a la República Dominicana para absorber problemas que no ha creado.
-
Y organismos internacionales atacan cualquier intento dominicano de defender sus fronteras como “inhumano”...
...es, como mínimo, una decisión políticamente imprudente y éticamente cuestionable.
¿Neutralidad o alineación?
En diplomacia no hay neutralidad inocente. O representas con firmeza los intereses de tu nación, o terminas siendo funcional a intereses externos.
¿Está Zances alineado con el sentir del pueblo dominicano que exige control fronterizo, respeto por la soberanía y rechazo a la injerencia global en asuntos migratorios?
¿O representa una visión complaciente con la narrativa internacional que insiste en abrir nuestras puertas sin reciprocidad, sin control y sin responsabilidad compartida?
Un peligro sutil, pero real
El peligro no está en el individuo, sino en lo que representa: la infiltración silenciosa de agendas multilaterales disfrazadas de derechos humanos, que terminan debilitando el derecho de los pueblos a decidir su propio destino.
Hoy más que nunca, la República Dominicana necesita diplomáticos que defiendan nuestra identidad, nuestros intereses y nuestra soberanía sin complejos, sin miedo y sin vínculos turbios con agendas que no responden al interés nacional.
Exigimos al gobierno:
-
Una explicación clara y transparente sobre la elección de Harold Zances.
La publicación de sus antecedentes ideológicos y vínculos internacionales.
-
Y, sobre todo, una garantía de que los intereses dominicanos no están siendo entregados en bandeja a quienes nunca han tenido que cargar con nuestras realidades.
Porque un país no se defiende sólo con muros, sino también con convicciones. Y si quienes nos representan no tienen claro a quién deben responder, entonces no nos representan.
0 Comentarios