La Paradoja del Becerro Liberal y el Pastor Libertario (Uno se ríe de esa vaina... pero e’ velda)

 

Hay ironías tan absurdas que solo se pueden aceptar con una carcajada amarga y una pregunta existencial:

¿Quién demonios le dio un megáfono a estos locos?

Porque resulta que hoy los autoproclamados "liberales", esos paladines de la tolerancia, son los mismos que:

1. Censuran todo lo que no les da la razón,

2. Cancelan a quien se atreva a pensar diferente,

3. Acusan de herejía intelectual a quien simplemente usa la lógica,

4. Y condenan a la hoguera social a todo el que no rinda culto a sus nuevos dioses de papel mojado.

¡JAJAJA!

Libertad, dicen...¡Libertad de delinquir, de destruir, de morder la mano que les da de comer!

¡Libertad de ser víctimas profesionales, verdugos disfrazados de corderitos!

Mientras tanto, los libertarios, esos otros iluminados, te prometen el paraíso de la "libertad absoluta"...
...si primero los dejas quemar el edificio donde vives, matar a los vecinos y regalarle el solar al primero que pase.

En este bucle estúpido que llaman geopolítica, la libertad es como el papel de baño en un baño público:

Todos la buscan, pero nadie quiere ser el que la agarre de primero, ni el que se la ponga en la cabeza.

Los políticos de hoy son los nuevos curas,los partidos son las nuevas sectas,y la democracia es la nueva fe ciega: el arte de votar por tu verdugo favorito mientras rezas porque esta vez, tal vez, te pegue más flojito.

¿Y qué somos nosotros?

Feligreses baratos, carne de cañón con Wi-Fi, llorando libertades en redes sociales mientras entregamos alegremente hasta el alma en las urnas.

Así que ríete, coño.

Ríete porque duele.
Ríete porque sabes que si intentas corregirlo terminarás preso, cancelado, o en la fila de los mártires digitales llorando con un selfie en mano.

Ríete porque en esta selva de ilusos, el que no corre, vuela... pa'l precipicio.

Al final, cuando el telón baje y los héroes de cartón se maten entre ellos, solo quedará una verdad:

Aquí nunca existió la verdadera libertad.

Existió la ilusión, el slogan, la estafa de colores brillantes para imbéciles que aún creen que el lobo se viste de oveja para protegerlas, no para devorarlas.

Y mientras todo se cae a pedazos...

Tú y yo, hermano, soltaremos la única carcajada que vale la pena: 

"Uno se ríe de esa vaina... pero e' velda."

Mierda coño que mmg...