Mientras el gobierno de Luis Abinader nos satura con debates sobre el aborto, ideologías de género y otras distracciones impuestas por la agenda globalista, una realidad demográfica cruda y alarmante ha sido progresivamente ocultada al pueblo dominicano: la acelerada transformación de la composición poblacional del país a través del aumento desproporcionado de partos de madres haitianas en los hospitales dominicanos.
Los Datos No Mienten
Según los datos disponibles, la cantidad de partos en la República Dominicana ha mostrado variaciones en los últimos años, pero lo más preocupante es el progresivo aumento de partos de madres haitianas:
2021: 35,662 partos de madres haitianas (30.5% del total en hospitales públicos).
2022: 37,811 partos de madres haitianas (33% del total).
2023: 38,779 partos de madres haitianas (36% del total).
2024: Hasta octubre, el 40.4% de los partos en la red pública correspondieron a madres haitianas, con hospitales como la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y la Maternidad San Lorenzo de Los Mina reportando más del 50%.
A pesar de que el número total de partos ha disminuido en los últimos años, la proporción de partos de madres haitianas ha aumentado de manera alarmante. En otras palabras, mientras la natalidad dominicana se reduce, la de la población haitiana en territorio dominicano sigue en ascenso.
Un Silencio Cómplice y una Agenda Oculta
¿Por qué el gobierno y los medios de comunicación prefieren distraernos con temas de ideología de género y aborto mientras esta realidad se afianza? La respuesta es simple: se busca desviar la atención de un problema que podría despertar el instinto de preservación de la población dominicana. Mientras los dominicanos se enfrentan a dificultades económicas, desempleo y un sistema de salud saturado, el Estado dominicano asume una carga desproporcionada en la atención sanitaria a la población extranjera.
Si bien la solidaridad es una virtud, la supervivencia de una nación también es una necesidad. ¿Cuál es el límite de esta situación? ¿Podemos seguir ignorando este cambio demográfico sin consecuencias?
El Impacto en la Identidad y el Futuro de la Nación
El problema no es solo económico o sanitario; es una cuestión de soberanía y conservación de la identidad nacional. La historia ha demostrado que cuando una población extranjera supera a la autóctona en un territorio, la identidad de la nación original se diluye, y con el tiempo, las decisiones políticas, sociales y culturales comienzan a reflejar los intereses de la nueva mayoría.
¿Cómo será la República Dominicana dentro de dos o tres generaciones si esta tendencia continúa? ¿Será la misma nación que nuestros antepasados lucharon por preservar?
Propuestas para Enfrentar la Situación
No basta con señalar el problema; es necesario plantear soluciones concretas para proteger la estabilidad demográfica y social del país. Algunas medidas que se pueden considerar son:
Reforma de la política migratoria: Implementar un control más estricto de la inmigración irregular y reforzar los procesos de deportación de extranjeros en situación irregular.
Condiciones para la atención sanitaria: Garantizar que los servicios médicos gratuitos sean prioritariamente para ciudadanos dominicanos y que la atención a extranjeros esté sujeta a acuerdos bilaterales con Haití.
Fortalecimiento del Registro Civil: Evitar el fraude documental mediante auditorías constantes y tecnologías de identificación más seguras.
Incentivo a la natalidad dominicana: Establecer políticas de apoyo a la familia dominicana para revertir la baja tasa de nacimientos entre los nacionales.
Control sobre ONG y organismos internacionales: Examinar la influencia de agencias extranjeras en la promoción de políticas que afecten la soberanía dominicana.
¿Hasta Cuándo Vamos a Callar?
Los dominicanos tenemos derecho a exigir un debate serio sobre esta realidad. No se trata de xenofobia ni de odio, sino de una cuestión de equilibrio y justicia para nuestra propia población. Mientras nos dividen con ideologías impuestas, la verdadera amenaza crece en silencio.
Es momento de despertar y exigir respuestas antes de que sea demasiado tarde.
Autor: Job Vasquez
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