La República Dominicana, nuestra querida nación, atraviesa un momento crítico. Mientras el gobierno actual se presenta en foros internacionales como el defensor de los derechos de los inmigrantes haitianos, lo que parece ser una agenda dirigida por intereses ajenos a nuestra identidad y nuestros recursos, la realidad en suelo dominicano es otra. La pregunta que muchos nos hacemos, pero pocos se atreven a pronunciar en voz alta, es: ¿realmente este gobierno defiende los intereses de los dominicanos o es simplemente un gobierno títere?
Recientemente, el proyecto INSPIRE (P179440), financiado por el Banco Mundial, ha abierto la puerta a un escenario muy preocupante: la financiación de asistencia social para inmigrantes ilegales, particularmente aquellos provenientes de Haití. Este tipo de medidas, aunque presentadas como "progresistas" o "humanitarias", no hacen más que poner en riesgo nuestra soberanía nacional y violar varios principios constitucionales fundamentales.
La Soberanía al Borde de la Destrucción.
La Constitución de la República Dominicana es clara: la soberanía es inviolable. El Artículo 3 establece que ningún país puede intervenir en los asuntos internos de la nación. Sin embargo, con proyectos como INSPIRE, el gobierno parece abrir la puerta a una injerencia externa, donde organismos internacionales financian programas sociales dirigidos no solo a ciudadanos dominicanos, sino a inmigrantes ilegales, sin la debida regulación o distinción. Esto no solo es ilegal, sino que también es un golpe directo a nuestra autonomía.
¿Y los Dominicanos?
Mientras nos desgarramos intentando sacar adelante el país, el gobierno se empeña en presentarse ante el mundo como el protector de los derechos de los haitianos, incluso en foros internacionales. El mismo gobierno que miente sobre las condiciones del país, mientras nuestra infraestructura se desmorona, la educación se desploma y la salud es un lujo solo al alcance de unos pocos. ¿Este es un gobierno que trabaja para el pueblo dominicano? ¿O estamos siendo gobernados por una marioneta que responde a intereses externos?
El Peligro de la Sobrecarga y la Manipulación
Al aceptar proyectos como el INSPIRE, el gobierno no solo pone en riesgo nuestros recursos y aumenta la presión sobre nuestros servicios públicos, sino que también establece un precedente peligroso. Este tipo de financiamiento internacional podría ser usado como herramienta para presionar y cambiar nuestras políticas migratorias, basándose en intereses extranjeros que nada tienen que ver con el bienestar de los dominicanos.
¿Es esto lo que queremos para nuestro país? ¿Un país que, bajo el pretexto de ser “solidario” en el plano internacional, termina perdiendo el control de su propio destino? Si seguimos por este camino, los dominicanos seremos una minoría en nuestra propia tierra, mientras el gobierno cede a presiones internacionales que socavan nuestra identidad y nuestras capacidades de autorregulación.
El Gobierno Actual: ¿Dominicano o Títere?
En este contexto, debemos preguntarnos seriamente: ¿quién está gobernando la República Dominicana realmente? Si el gobierno actual dedica más tiempo y recursos a apoyar causas extranjeras y a vender una imagen de "solidaridad" en el exterior, mientras el país se desangra en sus propios problemas internos, entonces no podemos sino concluir que este gobierno, lejos de ser un gobierno dominicano, es un gobierno títere, manejado por agendas que nada tienen que ver con los intereses y la soberanía de nuestra nación.
¿Vamos a permitir que nuestra soberanía sea borrada en nombre de un humanitarismo selectivo y manipulador? ¿Vamos a permitir que nuestro futuro y el de nuestros hijos se jueguen en foros internacionales mientras nuestras calles se caen a pedazos?
Reflexión Final: La Última Oportunidad para Despertar
Este es un llamado de alerta. El país está en juego, y lo que hagamos hoy determinará nuestro futuro. No podemos seguir permitiendo que intereses ajenos controlen nuestras políticas internas. Es momento de exigir que el gobierno deje de ser un títere de agendas internacionales y comience a trabajar por y para los dominicanos. La soberanía no es un tema de discurso, es un tema de acción. Y es hora de que actuemos, porque el tiempo se nos está agotando.
Autor: Job Vasquez
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